Seguridad y salud para el futuro del trabajo en la región
Los sistemas de seguridad y salud en el trabajo (SST) de América Latina y el Caribe, sometidos a una gran presión por la llegada de la COVID-19, enfrentan ahora el desafío de fortalecerse y actualizarse para enfrentar la crisis sanitaria del presente, y las que podrían surgir en el futuro.
La Oficina Regional de OIT publicó recientemente una nueva nota técnica en la cual analiza la respuesta que se dio a la pandemia desde los sistemas de SST y de los lugares de trabajo de un grupo de países latinoamericanos y caribeños, con el fin de hacer un balance sobre las lecciones aprendidas, y sobre las asignaturas pendientes.
“Considerando la desigualdad global en el acceso de las poblaciones a la vacunación preventiva de la COVID-19, es necesario que se sigan intensificando las medidas de prevención y control de los contagios para evitar o reducir al máximo la transmisión del virus, en especial respecto de las nuevas variantes que podrían conducir a nuevos brotes, picos e casos y muertes”, alerta el documento.
“El fortalecimiento de los sistemas nacionales de SST es fundamental para que los países estén preparados para responder con resiliencia a los desafíos actuales y a las situaciones futuras”, agrega la nota técnica “Respuestas nacionales en materia de seguridad y salud en el trabajo frente a la COVID-19: impactos, lecciones aprendidas y oportunidades para el futuro ”, que forma parte de la serie Panorama Laboral en tiempos de pandemia producida por la Oficina Regional de OIT.
El análisis de las respuestas nacionales en un grupo de países abarca aspectos como:
a) evaluación del riesgo laboral de exposición al SARS-CoV-2;
b) adopción de medidas de seguridad y salud para prevenir la transmisión en el lugar de trabajo;
c) fomento del teletrabajo;
d) vigilancia de la salud ocupacional;
e) licencias retribuidas por enfermedad;
f) reconocimiento de la COVID-19 como enfermedad profesional, y
g) planes para un regreso gradual y seguro al lugar de trabajo.
Una de las conclusiones del análisis es que es necesario contar con mayor información sobre las estrategias de SST.
“Los sistemas de información de SST deberían ser lo suficientemente robustos a fin de producir informaciones útiles para la elaboración y ejecución de respuestas públicas de prevención de los riesgos laborales. Los desafíos encontrados al elaborar esta nota técnica, como la falta de información sobre las diversas actividades económicas, reducen en algunos casos la posibilidad de realizar un análisis más específico”.
Por otro lado se destaca que “el impacto para los trabajadores en la economía informal merecería un estudio adicional, dado que es una característica común en la región y que impacta en la gobernanza y en la gestión de la seguridad y salud en el trabajo. Mientras se elaboran y difunden lineamientos generales o sectoriales para muchas actividades económicas formalizadas, la ausencia de medidas de prevención y mitigación relacionadas con el trabajo en la economía informal expone a esta población de trabajadores, sus familias y clientes a un riesgo de contagio permanente de COVID-19”.
La nota técnica también hace una revisión, con datos de un grupo de países, sobre el impacto de la pandemia en las horas trabajadas y las horas perdidas por enfermedad, concluyendo que “se reflejó en impactos importantes”, en especial a partir del segundo semestre de 2020 cuando el aumento de los contagios provocó medidas de confinamiento y aislamiento en gran cantidad de países.
La nota técnica además destaca la importancia de tener estrategias de SST que estén respaldadas por un diálogo social tripartito que “podría representar un importante punto de partida a partir del cual los países establecerían y promoverían las medidas de prevención y protección necesarias para afrontar adecuadamente estas crisis”.
“El diálogo social podría ayudar a reconciliar intereses en conflicto y generar confianza, compromiso y adhesión en las respuestas, sistemas y programas nacionales de seguridad y salud en el trabajo”, concluye.