Declaraciones del Secretario General a la prensa tras la sesión de líderes sobre clima y transición justa
Debemos seguir impulsando la acción a medida que se acerca la COP30 en Brasil, y el día de hoy ha sido una parte importante de ese esfuerzo.
Señoras y señores de los medios de comunicación, permítanme expresar en primer lugar al Gobierno y al pueblo de Türkiye mi más sincera solidaridad en estos momentos difíciles.
El Presidente Lula de Brasil y yo acabamos de concluir una reunión única con una muestra representativa de líderes mundiales, centrada en la acción climática y una transición justa.
En la reunión participaron 17 Jefas y Jefes de Estado en representación de algunas de las mayores economías, como China y la Unión Europea, y de algunos de los países más vulnerables al cambio climático.
También contamos con líderes que presiden actualmente importantes asociaciones regionales: la Unión Africana, la ASEAN y la Alianza de los Pequeños Estados Insulares, entre muchas otras.
Ha sido una de las reuniones más diversas de Jefes de Estado que se han centrado exclusivamente en cambio climático en mucho tiempo.
Sin embargo, escuché un mensaje unificador.
Sí, nuestro mundo se enfrenta a enormes vientos en contra y a múltiples crisis.
Pero no podemos permitir que los compromisos climáticos se desvíen de su curso.
Debemos seguir impulsando la acción a medida que se acerca la COP30 en Brasil, y el día de hoy ha sido una parte importante de ese esfuerzo.
No tenemos tiempo que perder.
Ninguna región se libra de los estragos de la aceleración de las catástrofes climáticas.
Y la crisis está agravando la pobreza, desplazando a las comunidades y alimentando los conflictos y la inestabilidad.
Al mismo tiempo, los países se están dando cuenta de un hecho evidente:
Las energías renovables son la oportunidad económica del siglo.
Los disidentes y los intereses en los combustibles fósiles pueden intentar interponerse en el camino.
Pero como hemos oído hoy, el mundo avanza y va a toda velocidad.
Ningún grupo ni gobierno puede detener la revolución de la energía limpia.
La ciencia está de nuestro lado, y las economías han cambiado.
Los precios de las energías renovables se han desplomado y el sector está en auge, creando empleo e impulsando la competitividad y el crecimiento en todo el mundo.
El camino para salir del infierno climático está allanado por las energías renovables.
Ofrecen la vía más segura hacia la soberanía y la seguridad energética, y ponen fin a la dependencia de las volátiles y costosas importaciones de combustibles fósiles.
También sabemos que la acción climática colectiva funciona.
Desde la adopción del Acuerdo de París, la curva de calentamiento global prevista ha ido hacia abajo: de más de cuatro grados de aumento de la temperatura en este siglo, a 2,6 grados si se aplican plenamente los actuales planes nacionales de acción climática.
Sin embargo, eso sería catastrófico, por lo que debemos ir más allá y más rápido.
Hoy he instado a los líderes a actuar en dos frentes.
En primer lugar, redoblar los esfuerzos para presentar los planes climáticos nacionales más sólidos posibles con suficiente antelación a la COP30.
Y las y los líderes de hoy se han comprometido a presentar lo antes posible planes ambiciosos y sólidos, lo que ha supuesto un fuerte mensaje de esperanza.
Estos nuevos planes climáticos ofrecen una oportunidad única para trazar una visión audaz de una transición verde más justa durante la próxima década.
Deben alinearse con 1,5 grados y fijar objetivos de reducción de emisiones que abarquen todos los gases de efecto invernadero y el conjunto de la economía, como varios han mencionado claramente hoy.
Y lo que es más importante, deberían contribuir a acelerar una transición justa de los combustibles fósiles a las energías renovables...
Vincular las estrategias nacionales de energía y desarrollo con los objetivos climáticos…
Y enviar un mensaje tanto a responsables de políticas como a inversores de que existe un compromiso total para lograr emisiones mundiales netas cero de carbono para 2050.
En segundo lugar, a medida que las y los líderes aceleran sus propias transiciones, les insto a aumentar el apoyo a los países en desarrollo.
Los menos responsables del cambio climático están sufriendo sus peores efectos.
África y otras partes del mundo en desarrollo están experimentando un calentamiento más rápido -y las islas del Pacífico un aumento más rápido del nivel del mar-, incluso mientras la propia media mundial se acelera.
Mientras tanto, a pesar de albergar el 60 por ciento de los mejores recursos solares del mundo, África sólo tiene en torno al 1,5 por ciento de la capacidad solar instalada y sólo recibe el dos por ciento de la inversión mundial en energías renovables.
Tenemos que cambiar esto, y hacerlo rápido.
En la COP30, las y los líderes deben presentar una hoja de ruta creíble para movilizar 1,3 billones de dólares al año para los países en desarrollo de aquí a 2035.
Los países desarrollados deben cumplir su promesa de duplicar la financiación de la adaptación hasta alcanzar al menos 40.000 millones de dólares al año, este año.
Y necesitamos un aumento significativo de las contribuciones y fuentes innovadoras de financiación para apoyar el Fondo de Respuesta a Pérdidas y Daños.
En todos estos frentes seguiremos presionando, incluso en un evento especial que se celebrará en septiembre, en las últimas semanas previas a la COP30.
Como ha quedado claro en la reunión de hoy, no podemos, no debemos y no cederemos en la acción climática.
Gracias a todos.