La recuperación de Acapulco también implica la rehabilitación de sus sitios emblemáticos.
Tras el paso de los huracanes por Acapulco, el Fondo de Emergencia del Patrimonio de la UNESCO e instituciones culturales mexicanas pusieron en marcha iniciativas para restaurar el patrimonio y reforzar los lazos comunitarios, destacando el papel del arte y la historia en la resiliencia.
Acapulco, a lo largo de la costa del Pacífico Mexicano, es una ciudad con muchas caras distintas. En el corazón de las históricas rutas comerciales que unieron a América, Asia y Europa, es el hogar de diversas poblaciones y una escena cultural vibrante.
Sin embargo, en octubre de 2023, Acapulco fue golpeada por el huracán Otis de categoría 5, que cobró al menos 50 vidas y causó daños sin precedentes. Menos de un año después, el huracán John laceró la región, otro golpe para una ciudad que aún se reconstruía.
Estos dos huracanes no solo devastaron la infraestructura, sino que también amenazaron la cohesión social. Al quedar las poblaciones en la indigencia, recurrieron al saqueo y la violencia para sobrevivir.
La catástrofe no solamente es natural, sino social. Cuando impacta el fenómeno natural empieza a haber una catástrofe social que tiene que ver con las desigualdades estructurales, mencionó Oliver Terrones, artista acapulqueño.
Es entonces que la UNESCO intervino. Con su Fondo de Emergencia para el Patrimonio y en colaboración con la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, la Secretaría de Cultura de Guerrero y el Municipio de Acapulco, involucró a más de 30 artistas y líderes culturales para organizan más de 200 talleres comunitarios como una vía para revitalizar la vida cultural y reconstruir comunidades.
Como explica Ismael Polanco, un joven participante del taller: “Para vivir mejor en Acapulco debemos sentirnos más juntos, más arraigados a lo que somos, a los que alguna vez fuimos y tener mucha más empatía con los demás”. Esto es precisamente lo que persiguen los talleres de la UNESCO.
Leyenda: Artistas y gestores culturales facilitadores de talleres comunitarios y tareas.
Poetas, escritores y artistas, como Karhel García y Ari García González, organizaron actividades para ayudar a niñas, niños y jóvenes a desarrollar empatía, identidad y expresión creativa. A través de la literatura, la ciencia ficción y la escritura colectiva, cientos de participantes procesaron sus experiencias y fortalecieron sus vínculos sociales. La iniciativa enfatiza la urgencia de preservar el patrimonio cultural de Acapulco y fortalecer los lazos comunitarios como pilares esenciales de la recuperación.
El arte nos sensibiliza, y si esta sensibilización no existiera, la recuperación no me la podría imaginar como algo integral, comentó Ari García González, instructor de los talleres "Tramas comunitarias".
Leyenda: Jóvenes realizando lectura y escritura colectiva sobre los derechos de las niñas y los niños en uno de los talleres facilitados por Ari García González.
La recuperación de Acapulco también implica la rehabilitación de sus sitios emblemáticos. Muchos de ellos están vinculados a la historia de la ciudad como centro de transporte del Galeón de Manila, que estuvo involucrado en el tráfico de personas esclavizadas.
En particular, el Fuerte de San Diego, situado sobre la bahía, fue punto de partida de numerosos barcos y hoy alberga el Museo Histórico de Acapulco. Dado que muchos habitantes de la ciudad se identifican como afrodescendientes, la UNESCO ha contribuido a la creación de una nueva área del museo dedicada al patrimonio africano y afrodescendiente. También ha apoyado la remodelación del museo para salvaguardar conjuntos patrimoniales, incluyendo un área dedicada al patrimonio cultural subacuático.