¡Alcemos la voz por las y los periodistas!

En el corazón de la Ciudad de México se ha transmitido un mensaje particular en más de 570 pantallas de 70 estaciones del metro durante toda una semana. Un titular sobre una investigación periodística acerca de una fuga en un centro de detención es seguido de frases y el dato de que cada 4 días es asesinado un periodista en el mundo por informar historias como esa. A millones de habitantes en la ciudad se les ha llamado a reconocer que “Hay más noticias detrás de una noticia”.

El recordatorio apesadumbrado sobre la justicia que prevalece fuera del alcance de demasiados periodistas formó parte de una campaña mundial con motivo del Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas (IDEI), diseñada por la UNESCO e implementada en el país en colaboración con el Centro de Información de las Naciones Unidas (CINU) en México.

“El periodismo es fundamental para una sociedad libre, para una democracia”, comentó Sergio Murueta Ávalos, ingeniero industrial de 70 años y habitante de la Ciudad de México, al compartir su opinión sobre la campaña y añade que es urgente apoyarlos pues “son la voz de la sociedad”.

Las amenazas y ataques contra las y los periodistas son también atentados a la libre circulación de la información que puede ser vital en situaciones como emergencias climáticas o de salud. Sufren a menudo daños a sus sitios de redacción, agresiones físicas, detenciones, confiscación de materiales, cercos informativos, campañas de denostación, hasta secuestro, tortura, desaparición forzada y asesinatos.

El Observatorio de Periodistas Asesinados estima 1,721 asesinatos alrededor del mundo motivados como represión contra el ejercicio periodístico desde 1993, de los cuales 163 corresponden a asesinatos de periodistas en México.

Marlene, una joven de las 3.4 millones de personas usuarias diarias del metro en la Ciudad de México, habla sobre el valor de las y los periodistas para compartir la verdad, en muchas ocasiones desmintiendo información falsa o malintencionada, y señala la prevalencia de un panorama que “no está chido”, una frase identitaria para el país, en particular para los “chilangos”, los nativos del entonces Distrito Federal, y a la que recurrió la joven para hablar de una situación insostenible.

La tasa de impunidad de los crímenes contra periodistas ha disminuido con los años. Pasó de un 95% en 2012 hasta un 85% en 2024. Sin embargo, “la tasa de impunidad sigue siendo inaceptablemente alta y cuatro años es mucho tiempo para que se resuelvan los casos”, señala el Reporte de la Directora General sobre la Seguridad de los Periodistas y el Riesgo de la Impunidad 2024, sobre el tiempo medio que tardan los casos en llegar a una fase como resueltos.

“Es algo preocupante. Aquí pediríamos cambio de leyes más severas para esos tipos [perpetradores] de cualquier nivel… Quien caiga, porque esto tiene que parar”, señala Erminia Luque Coqui, originaria de la Ciudad de México de 66 años edad y psicopedagoga, después de observar el video de la campaña que se emitió del 4 al 10 de noviembre en las pantallas del Sistema de Transporte Colectivo Metro.

Advirtiendo que toda persona puede tener su propia historia y que pueden presentarse suspicacias. Reitera que las y los periodistas son esenciales en un país libre y en uno que requiere de justicia: “para mí son detectives profesionales a todos los niveles”.

De esa forma, Erminia llamó a apoyar a las y los periodistas y “hacer ruido”:

La gente no funciona en la medida en que sigamos apáticos o que nos quedemos callados. ¡No! No se vale. Estamos hartos de esas impunidades.

El Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas se conmemora cada 2 de noviembre y se adoptó en 2013 por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la Resolución A/RES/68/163, que a su vez insta a los Estados Miembros a aplicar medidas definitivas para contrarrestar la actual cultura de impunidad.

El tema del IDEI 2024, la seguridad de las y los periodistas en crisis y emergencias, es una oportunidad para reafirmar los compromisos de promover y garantizar la libertad de expresión en todo el mundo, de fortalecer la cooperación internacional para garantizar su seguridad e involucrar a las partes interesadas nacionales, regionales e internacionales en la búsqueda de soluciones.