Decenas de millones de personas sufren trastornos por consumo de drogas. Menos de una quinta parte está en tratamiento.
Las personas que consumen estas sustancias son víctimas por partida doble: en primer lugar, por los efectos nocivos de las propias drogas y, en segundo lugar, por el estigma y la discriminación.
Con frecuencia, estas personas se enfrentan a importantes obstáculos para acceder a los tratamientos e incluso a los servicios sanitarios para enfermedades infecciosas como el VIH/sida y la hepatitis. Los narcotraficantes, por su parte, siguen aprovechándose de quienes consumen drogas mediante el rápido aumento de la producción de drogas sintéticas peligrosas y altamente adictivas.
Este año, el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas se centra en la necesidad de poner a las personas por encima de todo acabando con el estigma y la discriminación, y reforzando la prevención.
Esta tarea exige hacer hincapié en la rehabilitación, en lugar de en el castigo y el encarcelamiento por delitos menores relacionados con las drogas.
Exige defender los derechos humanos de las personas que consumen este tipo de sustancias, entre otras cosas ampliando los programas de prevención y tratamiento y los servicios sanitarios.
Exige proteger tanto a las personas como a las comunidades poniendo fin a la impunidad de los narcotraficantes que se lucran con el sufrimiento de la gente.
Ante todo, exige que los poderes públicos marquen el camino. Cuando fui Primer Ministro de Portugal, en los casos de posesión de drogas para consumo personal, adoptamos soluciones de carácter no penal, sin dejar de castigar con dureza a los traficantes y de reasignar recursos a la prevención, el tratamiento y la reducción de daños.
Gracias a esas medidas, el consumo de drogas y las tasas de enfermedades infecciosas asociadas a dicho consumo cayeron en picado, la policía y las aduanas se incautaron de un mayor volumen de drogas y, lo que es más importante, se salvaron vidas. En la actualidad, Portugal tiene una de las tasas de sobredosis y de mortalidad por consumo de drogas más bajas de Europa.
Como comunidad mundial, sigamos trabajando para acabar con el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, y con el estigma que sufren quienes consumen este tipo de sustancias en todo el mundo.