Identidad e inclusión: historias deportivas de futuros posibles desde el presente mexicano

La UNESCO reconoce que los juegos tradicionales constituyen parte importante del patrimonio cultural y un instrumento eficaz para promover el diálogo.
Al practicar cualquier disciplina invertimos tiempo, esfuerzo, concentración, entusiasmo e interés. En los deportes, la fuerza que se pone en práctica de manera colectiva impacta en procesos químicos y psicológicos de quienes lo practican y hasta en mecanismos de preservación de culturas e identidades. El poder del deporte apenas lo vislumbramos y para avanzar en ese descubrimiento es urgente abordar necesidades y problemáticas para que más personas tengan la confianza para practicarlo y testificar su capacidad transformadora, como ya ocurre en varias partes del mundo gracias a diferentes iniciativas comunitarias.
En el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, que este año tiene por tema “Marcar tantos por las personas y el planeta”, tres personas cuentan a la UNESCO México cómo es posible que canchas de 1,000 m2, guantes de tres a seis kilogramos y pelotas hule de casi medio kilo reaparezcan de un país a otro para reunificar comunidades enteras, y cómo permitir que correr por el balón “con las manitas arriba” o jugar como niña fortalezca la salud mental y lazos familiares, afectivos y colectivos.
El juego de pelota mixteca acerca y reunifica
Las migraciones han permitido enriquecer la diversidad cultural por el intercambio de experiencias y prácticas de diferentes lugares del mundo a lo largo del tiempo, como el caso del juego de pelota mixteca. Con arraigo en Oaxaca, México, desde las zonas montañosas y hasta las costeras, ha acompañado procesos de personas en contexto de movilidad hacia otras ciudades del país y del extranjero, siendo un elemento para sobrellevar situaciones adversas, es decir, un elemento de resiliencia para las comunidades.
El juego tradicional mexicano llega a ser motor para que personas migrantes, incluso en situación irregular, se trasladen para reencontrarse, lo cual ha fomentado que se practique cada vez más en ciudades como California o Texas, en Estados Unidos. También al interior del país, como ocurrió con la familia Arellanes, con más de 20 años de historia en la Ciudad de México, desde que el padre de Ángel Arellanes Ríos migró de Oaxaca. Con cuatro hermanos más, el equipo de pelota mixteca estaba ya completo.
Por otra parte, la competencia deportiva puede transitar de la idea de rivalidad a la de solidaridad. Por ejemplo, Ángel Arellanes Ríos explica que el juego se relaciona con fiestas patronales y abarca desde el proceso de invitar a contrincantes, lo cual se considera un compromiso con un rival dedicado, a quienes se invita a comer y convivir antes y después del partido, junto con otras actividades, rituales y ceremonias que pueden desarrollarse por parte del equipo anfitrión y la comunidad de la cual proceden.
La pelota mixteca se ha extendido en la capital mexicana, principalmente en Iztapalapa y en zonas cercanas al aeropuerto y el Ajusco. Sin embargo, se enfrenta a dificultades, no sólo el tener un espacio amplio y óptimo para practicarlo, sino también la necesidad de fomentar el interés entre las infancias mediante estrategias más planificadas, ampliar su reconocimiento y hasta identificar alternativas de equipamiento, pues tradicionalmente el guante que utilizan los jugadores es prácticamente artesanal, por lo que no se puede generar en serie.
La UNESCO reconoce que los juegos tradicionales constituyen parte importante del patrimonio cultural y un instrumento eficaz para promover el diálogo intercultural. Por ello, se han desarrollado reuniones con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) y la Federación Mexicana de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales para evaluar posibles acciones conjuntas, como escalar el diálogo sobre incorporar perspectivas de género, interseccionales e interdisciplinarias en torno al deporte, como en la séptima Conferencia Internacional de Ministros y Altos Funcionarios Encargados de la Educación Física y el Deporte que se realizará a finales de junio en Azerbaiyán, para impulsar que el deporte esté en la agenda internacional.
Por otra parte, la UNESCO impulsa la Alfabetización Mediática e Informacional, que abarca no sólo un uso y consumo responsable de datos, información, contenidos mediáticos y digitales, sino también para su producción, lo cual debe ponerse a disposición de toda la ciudadanía e incorporarse en los sistemas educativos. Por ejemplo, los Arellanes han tenido que recurrir a las plataformas digitales para dar a conocer el juego de pelota mixteca y preservar su patrimonio cultural.
Asimismo, está el compromiso de quienes practican deportes para dar a conocer su poder y beneficios y tomar acciones para hacerlo accesible para todas las personas, evitando con ello prácticas de exclusión o hasta discriminatorias.
Un club de fútbol que apoya, incluye y arropa

Belén y Humberto tienen la llamada pasión por el fútbol desde sus infancias y han recorrido diferentes grupos deportivos, pero ambos coincidieron en entrevistas por separado que el Club Deportivo Muxes es el primero en donde se sienten totalmente incluidos, siendo parte de la categoría libre femenil y varonil, respectivamente.
Humberto Ramírez Hernández comenta que el fútbol suele considerarse un deporte de hombres y rudo, mientras que Nancy Belén Zendejas Pérez menciona prejuicios persistentes como el considerar que una niña no juega tan bien como un niño; imaginarios que han fortalecido la exclusión, reduciendo las posibilidades de que diferentes personas participen en él.
Beto, como le llaman sus compañeros, menciona que el primer contacto con equipos deportivos solía ser muy cerrado, incluso en el ámbito semiprofesional y no sólo del fútbol, pues también ha practicado básquetbol y vólibol. En otras ocasiones se llegaba al rechazo contra hombres gays, bisexuales, transgénero o personas no binarias, lo cual no sólo afecta al desarrollo técnico de los deportistas, sino también al psicosocial.
Mientras aún se discute en México si un grito, que entre sus significados es asociado a los homosexuales y que suele usarse en los partidos de fútbol para señal que un jugador no cumplió con las expectativas de la audiencia, debe permitirse o prohibirse, Beto comenta que persiste el miedo al rechazo, a la exclusión y a la posible expulsión de los equipos de fútbol por homofobia. “Te cuidas de la forma en que corres, gritas, das órdenes porque está ese miedo de no gritar como ellos quieren, no correr de manera diferente, lo cual crea limitaciones”.
Reconocer las necesidades en el deporte más allá de lo técnico permite mejorar las condiciones para que más personas lo practiquen. Por ejemplo, el hermano de Belén también experimentó ambientes incómodos en su trayectoria deportiva, aun siendo heterosexual, e ingresó al Club Muxes donde ahora juega en la tercera división. Belén entró después y descubrió un espacio donde impera el respeto, se brinda acompañamiento y donde las mujeres tienen un piso parejo.
Belén comparte que, aunque incluso se encuentran mujeres al nivel de una segunda división en grupos amateur, comúnmente las mujeres terminan pagando por jugar, mientras que en las categorías varoniles se ofrecen becas o apoyos por mejor rendimiento. A pesar de que en Muxes encontró un espacio donde se prioriza lo futbolístico con un interés genuino por el fútbol femenil, considera que el reconocimiento generalizado al deporte femenil no se logra debido a la comparación.
Belén y Beto coinciden en que es indispensable fomentar el respeto por las diferencias desde las infancias y brindar oportunidades en condiciones de igualdad. Belén, quien se forma como licenciada en ciencias del deporte, reitera la urgencia de reconocer los impactos psicológicos del deporte y que puede generar dinámicas de convivencia pacífica e inclusión, llegando a beneficiar a familiares, amistades y cariños.
Para lograr un deporte inclusivo son indispensables las alianzas para el intercambio de conocimientos y experiencias para mejorar no sólo las prácticas que se dan en el sitio y en el momento, sino también impulsar políticas públicas y programas que permitan transformar las condiciones para que esté al alcance de todas las personas y que todas puedan sentirse seguras de intentarlo.
El deporte y la actividad física desempeñan un papel esencial para la salud física y mental individuales, pero también a nivel comunitario. Sin embargo, se necesitan más y mejores herramientas para evidenciarlo y fortalecerlo de manera sistemática, principalmente ante las profundas disparidades que existen entre los países y sus realidades al interior, así como la falta de inversión ahora exacerbada por la pandemia por COVID-19, por lo que la UNESCO lanzó el programa mundial Fit for Life desde su Sector de Ciencias Sociales y Humanas para ayudar a las naciones a abordar estas carencias mediante evidencia y recobrar la experiencia de múltiples grupos en todo el mundo.