La salud de los bosques es esencial para las personas y el planeta. Los bosques actúan como filtros naturales, proporcionan aire y agua limpios y son refugios para la diversidad biológica. Ayudan a regular el clima, ya que influyen en el régimen pluviométrico, enfrían las zonas urbanas y absorben un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero. Proporcionan medios de vida, medicinas, sustento y refugio a muchas comunidades y pueblos indígenas.
Las promesas de detener la deforestación han sido altas y claras, y en algunas regiones se está frenando la deforestación. Sin embargo, cada año seguimos degradando y destruyendo unos 10 millones de hectáreas de bosques. Es esencial que el mundo aplique la reciente Declaración de los Dirigentes reunidos en Glasgow sobre los Bosques y el Uso de la Tierra y otros instrumentos diseñados para proteger nuestros bosques.
Es hora de que se produzcan acciones tangibles y creíbles sobre el terreno. Esto implica poner fin a los hábitos de consumo y las modalidades de producción insostenibles que ponen en peligro nuestros bosques. También significa proporcionar apoyo a los países y los pueblos que lo necesitan para que gestionen los bosques de forma sostenible.
Volvamos a comprometernos, en este Día Internacional de los Bosques, con unos bosques sanos para lograr medios de vida más saludables.