Especialista guatemalteca encuentra en México, nueva oportunidad para desarrollarse

Su labor profesional la desarrolla en el corazón de la Sierra Madre en Chiapas.
Tapachula (OIM).- Tener apenas 29 años y ser mujer no es un impedimento para que Lucero Recinos de León, guatemalteca, supervise a trescientos trabajadores agrícolas durante la temporada de corte del café Finca Sonora, en el sur de México.
“Soy madre soltera de dos niños y soy parte del equipo técnico de Finca Sonora. Es una finca cafetalera de acá de Tapachula (Chiapas)”, explica esta perita agrónoma guatemalteca que vive a caballo entre el sur de México y la costa sur de Guatemala.
Técnica agrícola formada en Retalhuleu, Lucero fue contratada hace tres años estando en Guatemala, y está feliz por haber abrazado la oportunidad que se le presentó de migrar a México.
“El trabajo fue una bendición (…) Entré (a la convocatoria) con temor, por eso del tráfico de personas, quieras o no te pasa por la mente, pero confié y fui sincera desde el principio. Dije, ‘no me he desarrollado en mi carrera. Si me dan la oportunidad, con mucho gusto lo voy a hacer’. Me la dieron y acá estamos”, explica.
Su labor profesional la desarrolla en el corazón de la Sierra Madre en Chiapas, a más de mil 200 metros sobre el nivel del mar, en una plantación pequeña de café donde coordina el cultivo, la aplicación de nutrientes, la limpieza, el control de malezas y de plagas, hasta la cosecha.
Recinos admite que hay retos enormes, uno de ellos, el machismo: “(a la mayoría de los campesinos, que son hombres) no les gusta que una mujer venga y ponga orden, pero es parte del trabajo. Entonces tratamos de llevarnos amigablemente: ‘Ustedes me ayudan y yo les ayudo’”, explica.
Sabe que “el líder tiene que poner el ejemplo” y eso le ha permitido hacerse respetar por los trabajadores.
Si se le pregunta qué representa el café en su vida, la joven es categórica: “representa muchísimo, me ayuda a la sostenibilidad de mi familia”.
“Al pasar la mayoría de tu tiempo acá le agarras amor al cultivo. Dices ‘mira esa planta, ¡qué bonita!’, cuando muchas personas ni siquiera saben de dónde se saca una taza de café. Cualquiera se toma una taza, pero no sabe el largo trabajo que lleva llegar al producto final”, añade esta mujer migrante que desarrolla su profesión en el medio rural.
Aprender es algo cotidiano en Finca Sonora, donde ha ganado experiencia en actividades que jamás imaginó: “Tenemos abejas, cosa que desconocía y que a muchos les da un poquito de miedo, pero ya me involucro en lo que es la apicultura también”, apunta.
Su madre, en Guatemala, es la que le ayuda a cuidar de sus hijos, que están escolarizados y que la visitan con frecuencia: “Yo viajo constantemente y ellos viajan acá también (…) Ellos cuando vienen acá son felices en el campo. El niño acá es libre, a comparación de estar en la ciudad”, cuenta desde este rincón de la región del Soconusco, fronteriza con Guatemala.
#MujeresRurales, #mujeresconderechos
Por: Alberto Cabezas
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