Para los Pueblos Indígenas de México, el desarrollo autónomo protege a las personas y el planeta

En la región de Michoacán de México, una comunidad indígena apoyada por el FIDA está restaurando su tierra natal, fortaleciendo su comunidad.
Las tierras ancestrales forman una parte integral de la cultura, la identidad y los sistemas de conocimientos tradicionales de los Pueblos Indígenas. Pero a pesar de su derecho a estas tierras, reconocido por las Naciones Unidas, se enfrentan a crecientes dificultades para mantener su soberanía.
Las tierras indígenas albergan algunas de las mayores reservas de combustibles fósiles y minerales del mundo, por lo que son objeto de un proceso generalizado de deforestación y explotación. Esto choca frontalmente con los modos de vida tradicionales de los indígenas, basados en el respeto del mundo natural.
Pero con el apoyo y la inversión adecuados, esa tendencia puede detenerse e incluso revertirse. En la región de Michoacán de México, una comunidad indígena apoyada por el FIDA está restaurando su tierra natal, fortaleciendo su comunidad y protegiendo el planeta.

Proteger la comunidad y el planeta
Al igual que otros Pueblos Indígenas en el mundo, los mazahuas viven en armonía con su entorno natural. Cada generación transmite los conocimientos tradicionales sobre cómo proteger su bosque, y así garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
Cuando se materializó la amenaza de la deforestación y se taló parte de su bosque para cultivar aguacates, la comunidad mazahua se unió para replantarlo y protegerlo. En la actualidad, el bosque se encuentra en su estado prístino.
“Nuestra comunidad cuida de nuestros bosques porque de ellos obtenemos oxígeno y agua”, afirma José, un artesano local.

También han impulsado la biodiversidad. José y su comunidad viven en la zona de amortiguación de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca. Cada otoño, millones de mariposas monarca migran desde América del Norte hasta esta zona, una parte fundamental de su ciclo de vida, pero la especie está amenazada por la deforestación.
Sin embargo, para los mazahuas, las mariposas tienen un profundo significado espiritual: se cree que las monarcas guardan las almas de los seres queridos fallecidos y regresan cada año para visitarlos a tiempo para el Día de los Muertos. No es de extrañar que se tomen muy en serio la protección del hábitat de las mariposas.
Combinar tradición e innovación
El pueblo mazahua hace mucho tiempo que utiliza el secado como medio para conservar los alimentos y garantizar una dieta equilibrada, respetando al mismo tiempo los cambios en las estaciones de cultivo. Sin embargo, los cambios que se han producido en las pautas meteorológicas han hecho que sus métodos tradicionales no sean tan fructíferos como antes.
“Mis abuelos y mi madre me enseñaron a secar las cosas, pero al sol”, dice Adelina, que dirige las reuniones de la comunidad.

Por suerte, Adelina dispone de los medios para hacer más eficiente el secado. Recibió apoyo a través de un proyecto financiado por el Fondo de Apoyo a los Pueblos Indígenas (IPAF), administrado por el FIDA, con la colaboración de FUDETEC, una ONG local. Junto con su comunidad, decidió invertir en una moderna máquina de secado.
Gracias a su nueva máquina, los mazahuas pueden conservar las frutas y hortalizas de manera más eficiente y mantenerlas frescas durante más tiempo. Ahora, la comunidad dispone de setas, peras y melocotones durante todo el año.
Dirigir su propio desarrollo
El proyecto de Michoacán es uno de los 53 proyectos que actualmente reciben apoyo del IPAF en todo el mundo. Este fondo se caracteriza por el hecho de que los proyectos que financia están diseñados por las propias comunidades de Pueblos Indígenas, lo que garantiza que estén arraigados en el conocimiento y la cultura tradicionales. En el ámbito regional, está coordinado por organizaciones dirigidas por Pueblos Indígenas, a saber, el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) para América Latina y el Caribe, el Centro Internacional de los Pueblos Indígenas para la Investigación en las Políticas y la Educación (Tebtebba) para Asia y el Pacífico y el Samburu Women Trust para África.
“Apoyar a los Pueblos Indígenas es muy importante porque han demostrado que tienen muchas soluciones para cuidar el medio ambiente”, dice Karla Pita Vidal, miembro del equipo de Pueblos Indígenas del FIDA.
El IPAF garantiza a los Pueblos Indígenas la capacidad de decidir cómo se utiliza la financiación para el desarrollo. Y como demuestra el próspero bosque de Adelina y José, saben cómo hacer un buen uso de ella.