El Día Internacional del Multilateralismo y la Diplomacia para la Paz pone de manifiesto una verdad fundamental: ningún país puede resolver los problemas actuales por sí solo.
El diálogo, la diplomacia y las soluciones multilaterales son el camino más seguro hacia un mundo en paz y más justo.
Son ideales intemporales que cimientan la Carta de las Naciones Unidas e impulsan los esfuerzos mundiales por proteger los derechos humanos y forjar paz, esperanza y prosperidad para todas las personas.
No obstante, por todo el mundo hay conflictos, catástrofes climáticas, pobreza y desigualdades que plantean enormes obstáculos a la diplomacia y las soluciones multilaterales. La competencia se traga a la colaboración; la implacable división acaba con el diálogo.
La diplomacia y el propio sistema multilateral se crearon precisamente para momentos como este. Debemos insuflar vida a un nuevo espíritu de cooperación global para reconstruir la confianza, salvar las divisiones y orientar a la humanidad hacia la paz.
La Cumbre del Futuro que tendrá lugar el próximo septiembre será una oportunidad decisiva para que los países encuentren soluciones en común. Con una Nueva Agenda de Paz que aborde los factores de conflicto de forma holística se puede ayudar a restablecer la fe en el sistema multilateral y en lo que podemos conseguir trabajando unidos.
En este importante día, exhorto a los Gobiernos y a los dirigentes a que no escatimen esfuerzos para salvar las diferencias, renovar el diálogo y la confianza y hacer posible un futuro de paz.