Desde las estepas de Kazajstán hasta las aguas cristalinas del Océano Pacífico y los desiertos de Australia, los ensayos nucleares ya llevan demasiado tiempo envenenando el entorno natural de nuestro planeta y las especies y personas que lo habitan.
El Día Internacional contra los Ensayos Nucleares es un reconocimiento a nivel mundial de los daños catastróficos y persistentes causados en nombre de la carrera armamentista nuclear. Es una forma de recordar a los que han pagado el precio por la locura de la estrategia de riesgo calculado en el ámbito nuclear. Y es una señal de alarma sobre la necesidad de que el mundo establezca por fin una prohibición jurídicamente vinculante de todos los ensayos nucleares.
Ahora que los riesgos nucleares han alcanzado niveles sin precedentes, ha llegado el momento de que el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares entre plenamente en vigor, con el apoyo de un sistema de verificación eficaz.
Las armas nucleares no tienen cabida en nuestro mundo. No garantizan la victoria ni la seguridad. Fueron creados con el único propósito de destruir.
Hace ya demasiado tiempo que nuestro mundo es rehén de estos artefactos de muerte. En este importante día, hago un llamamiento al mundo para que actúe en favor de la salud y la supervivencia de las personas y el planeta.
Asegurémonos de poner fin a los ensayos ahora y para siempre, y hagamos que las armas nucleares pasen a la historia, de una vez por todas.