El capitalismo ha mercantilizado todos los ámbitos de la vida social: Bolivia
El presidente de Bolivia, Luis Alberto Arce Catacora, hizo un llamado enérgico para que la vacuna contra la COVID-19 sea considerada como un derecho humano.
Nueva York (ONU) - Esta tarde en el debate general del 76 periodo de sesiones de la Asamblea General, el presidente de Bolivia, Luis Alberto Arce Catacora, hizo un llamado enérgico para que la vacuna contra la COVID-19 sea considerada como un derecho humano.
La pandemia de la COVID-19 ha demostrado la fragilidad de nuestras sociedades y Estados generando impactos negativos sin precedentes en la salud, la economía, la educación, poniendo en riesgo el cumplimiento de las metas de la Agenda 2030 en los plazos previstos señaló esta tarde el mandatario boliviano.
Dijo que la crisis multidimensional del capitalismo económica, social, ambiental alimentaria y energética se ha sumado la crisis sanitaria. Al mismo tiempo, señaló, esta crisis ha puesto en evidencia que continúa la desigualdad entre los países del capitalismo central y los de la periferia “eufemísticamente denominados países desarrollados y países en desarrollo”.
Señaló que a pesar de que la concentración de las vacunas contra la COVID-19 ha sido señalada incluso por la Organización Mundial de la Salud, éstas siguen sido acaparadas por los países ricos.
“El capitalismo ha mercantilizado todos los ámbitos de la vida social y la salud no escapa a sus tentáculos. La ciencia médica debe estar al servicio de la humanidad sin ningún tipo de discriminación geográfica, política, social o por motivo de nacionalidad. El acceso a la vacuna debe ser considerada como un derecho humano, no podemos ser indiferentes ni mucho menos lucrar con la salud en tiempos de pandemia”.
Para Arce la pandemia solo podrá ser superada con una mayor cobertura y mediante un trabajo conjunto para garantizar el acceso inmediato a todas las personas en todos los países del mundo a las vacunas, medicamentos e insumos médicos.
Mencionó que las circunstancias actuales generadas por la pandemia son un llamado a la solidaridad y cooperación internacional entre pueblos hermanos en favor de la vida.
Por otra parte, el presidente lamentó que en la región de América Latina y en África, los gobiernos no cuenten con organismos que piensen en la batalla por la vida. “Todo lo contrario, organizaciones como la Organización de Estados Americanos nos dividen, promueven golpes de Estado y generan desestabilización. En un mundo interconectado es importante profundizar la solidaridad y responder a las necesidades de nuestros pueblos en el contexto de pandemia para ello es necesario fortalecer la integración y la cooperación de manera que podamos enfrentar el impacto multidimensional en la economía, en nuestras industrias y en nuestras capacidades de alcanzar la seguridad con soberanía alimentaria”.
Hizo un llamado para que en la reconstrucción de las economías, se garantice la protección social y la salud es decir, proteger a trabajadores, obreros y obreras, campesinos, campesinas, indígenas, a micro y pequeños empresarios y empresarias de la misma manera cómo se protege a los bancos, a las grandes empresas y a las corporaciones globales.
Señaló que son importantes las medidas integrales que los organismos de financiamiento internacional apliquen con una visión sostenible y que no impliquen mayores cargos o adeudos a los Estados beneficiarios.
“Debemos priorizar la erradicación de la pobreza extrema, la reducción de la desigualdad en todas sus dimensiones el acceso a los servicios básicos para la población y debemos asumir con responsabilidad el reto de construir un futuro en base a la solidaridad, la complementariedad, la sostenibilidad y la cooperación entre los pueblos”.
En este sentido propuso avanzar en acuerdos con los organismos financieros multilaterales para lograr el financiamiento o el alivio de la deuda externa a nivel global y para apoyar políticas sociales para poblaciones en situaciones de vulnerabilidad desde un enfoque de desarrollo integral y sostenible.
Respecto al cambio climático, Luis Alberto Arce dijo que el consumismo desmedido y esa búsqueda insaciable de acumular ganancias a costa de la madre tierra y de la vida en nuestro planeta está poniendo en riesgo a la humanidad.
“Planteamos las siguientes acciones: la única solución real para limitar el aumento de temperatura más allá de 1.5 °C pasa por la distribución del presupuesto de carbono entre los países con base a los criterios de justicia climática y en función al principio de responsabilidades comunes. Segundo, los países del capitalismo central deben asumir la deuda climática y la compensación histórica con el resto de los países del mundo mediante la cooperación financiera, transferencia tecnológica y de desarrollo de capacidades. Tercero, es fundamental recuperar los conocimientos prácticas y experiencias de las naciones y pueblos indígenas en la construcción de sociedades y ecosistemas con resiliencia al cambio y crisis climática. Cuarto es una necesidad urgente fortalecer y acelerar los esfuerzos de los países contra la crisis climática, en particular de los enfoques que no están basados en los mercados de carbono, esfuerzos que deben ser efectivos en la reducción de emisiones domésticas de gases de efecto invernadero”.
Para finalizar recalcó que es muy importante que los Estados a lo largo de estos años y los venideros impulsen acciones para recuperar y revitalizar las lenguas indígenas que son parte de la riqueza de la humanidad.
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