Barrios y grupos de San Luis Potosí, México, construyeron modelo por sus Derechos Culturales y el Derecho a la Ciudad
Esta Declaratoria fue luego vinculada al reglamento cultural municipal para reconocer, garantizar y promover los derechos culturales.
México.- Personas de distintos barrios y grupos sociales y culturales del municipio de San Luis Potosí, en México, construyeron una renovada base legislativa y propuestas de acción para que más personas conozcan, ejerzan y defiendan sus derechos culturales, que reconozcan el valor y función de diferentes prácticas y expresiones culturales, tradicionales y actuales, para propiciar el crecimiento económico, el equilibrio de las actividades urbanas con el entorno, y espacios de paz y dignidad para todas las personas, a la vez de fortalecer el derecho a la ciudad.
La UNESCO en México y el Municipio de San Luis Potosí construyeron la “Carta de la Ciudad de San Luis Potosí por los Derechos Culturales” mediante múltiples mesas de trabajo y consultas. Esta Declaratoria fue luego vinculada al reglamento cultural municipal para reconocer, garantizar y promover los derechos culturales, el derecho a la ciudad y la revitalización de la diversidad de las expresiones culturales, abriendo nuevas posibilidades de desarrollo sostenible.
La carta se construyó desde una perspectiva que reconoce la cultura como una dimensión central en todos los campos de la vida humana y en sus relaciones con el entorno, por lo que debe incorporarse en la gobernanza, las políticas públicas, la economía, en las acciones por la garantía y promoción de los derechos humanos, para reconocer la diversidad de identidades y realidades, desde la comida hasta las formas de vida y convivencia cotidianas.
Un ejemplo es la relación entre la cultura, la vida cotidiana y la noche, como ocurre en las actividades de entretenimiento, al salir a bailar o a un concierto, al trasladarse para ir a curar de espanto o realizar alguna ceremonia tradicional, al trabajar en una obra artística, en una investigación, en múltiples trabajos nocturnos. En cada uno de ellos se ponen en práctica cosmovisiones, saberes, prácticas. La cultura se expresa, pero necesita condiciones para hacerlo, reconociendo sus complejidades. Esto ocurrió durante el desarrollo colectivo de la Carta, en la cual se colocó la necesidad de reconocer lo que llamaron el derecho a la noche.
Esta visión renovada sobre las formas de vida existentes, el derecho a participar y disfrutar de la vida cultural y la ciudad se plasmó en las “Orientaciones para ampliar la visión sobre los derechos culturales para el fomento y desarrollo de las capacidades creativas” de la Carta de la Ciudad de San Luis Potosí por los Derechos Culturales.
Estas pautas permiten responder de manera más pertinente a las necesidades de los barrios y comunidades, desde sus prácticas y expresiones identitarias, culturales, territoriales, lingüísticas y espirituales, para emprender acciones concretas que abonen al desarrollo sostenible.
La comida callejera es una muestra de ello, ya que cuenta con su propia herencia cultural de sabores y tradiciones, comenta Pilar Pérez, promotora de cultura gastronómica en San Luis Potosí. Destacó que la Carta permite, por ejemplo, reconocer esa comida de puestos ambulantes y pequeños locales como parte de los activos culturales gastronómicos de la ciudad, lo cual posibilitará que más personas degusten platillos que nunca han o hubiesen probado, abriendo nuevos horizontes de desarrollo económico, cultural y social para el estado.
La razón de estas posibilidades se debe a que la Declaratoria enuncia un amplio catálogo de libertades culturales y una serie de nociones de política pública construidas desde las personas, desde sus barrios, cosmovisiones y realidades materiales propias, es decir: del reconocimiento de la diversidad cultural, del acceso y disfrute pleno de la vida cultural y la creatividad. Por otra parte, también ofrece herramientas para fortalecer la gobernanza participativa y la realización de acciones presupuestales, edilicias, operativas y técnicas.
Valeria y Diana Palafox, internacionalista y promotora cultural, respectivamente, destacan la posición de igualdad y de dignidad que persigue la Declaratoria para el pleno goce de los derechos culturales y el derecho a la ciudad, invitando a escuchar y abordar las problemáticas de grupos sociales vulnerados, así como respetar sus expresiones culturales, como las mujeres trans, lesbianas y cisgénero, personas con discapacidad, migrantes, adultas mayores, intersexuales, no binarias, bisexuales, hombres trans y gay.
"Poner de frente las necesidades de estos grupos hace que evitemos, o que al menos se empiece a hablar sobre cómo evitar y disminuir, las violencias en los espacios artísticos y culturales de la ciudad", señala Diana.
El instrumento no es estático y no se ancla a la ciudad de la cual emergió, sino que brinda orientaciones sobre cómo impulsar acciones, políticas y programas por los distintos órdenes y niveles de gobierno, las instituciones, las organizaciones civiles y el sector privado, pero también para que las personas puedan reconocer, ejercer y defender sus derechos culturales, elementos que pueden ser retomados y adaptados para otros modelos de participación ciudadana en diferentes territorios.
La Carta es una declaratoria y uno de los resultados de un proyecto de un año y nueve meses, guiado por el Municipio de San Luis Potosí y el acompañamiento de la Oficina de la UNESCO en México, en el que participaron más de 1,100 personas que habitan o que están en movilidad en la capital potosina, en más de 35 actividades como conversatorios, mesas de trabajo y grupos focales, cuyas discusiones se sistematizaron por un grupo de expertas y de expertos. Pero, además, la Carta logró un alcance vinculante y legal al incorporarse como parte del Reglamento Municipal de Cultural y Derechos Culturales y al sistema de administración pública municipal.
Conoce más sobre el proyecto UNESCO- San Luis por los derechos culturales.