En julio de este año, las naciones reconocieron el derecho universal a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.
El aire limpio es ahora un derecho humano.
Un clima estable es un derecho humano.
Una naturaleza sana es un derecho humano.
Hoy en día, la contaminación atmosférica priva a miles de millones de personas de sus derechos.
El aire sucio afecta al 99 % de los habitantes del planeta.
Los pobres son los que más sufren.
Especialmente las mujeres y las niñas, cuya salud se ve minada por el uso de combustible “sucio” para cocinar y calefaccionar.
Además, los pobres viven en zonas impregnadas del humo de los medios de transporte y de las industrias.
Los contaminantes atmosféricos también contribuyen al calentamiento global.
Los incendios forestales agravan aún más la contaminación del aire.
El riesgo de muerte de las personas expuestas a la contaminación atmosférica y al calor extremo aumenta en un 20 %.
El cambio climático y la contaminación atmosférica son una dupla mortal.
En este tercer Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, hago un llamamiento a todos los países para que unan sus fuerzas para luchar contra la contaminación atmosférica.
Sabemos lo que tenemos que hacer.
Invertir en energía renovable y abandonar rápidamente los combustibles fósiles.
Pasar rápidamente a los vehículos de emisión cero y a los modos de transporte alternativos.
Aumentar el acceso a soluciones limpias para cocinar y para la calefacción y la refrigeración.
Reciclar los residuos en lugar de incinerarlos.
Estas acciones salvarían millones de vidas cada año, ralentizarían el cambio climático y acelerarían el desarrollo sostenible.
La contaminación atmosférica no conoce fronteras.
Por lo tanto, las naciones deben trabajar juntas.
Vigilemos la contaminación del aire.
Promulguemos leyes para cumplir las guías de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud.
Y desarrollemos planes creíbles para reducir las emisiones de los vehículos, las centrales eléctricas, la construcción y las industrias.
Juntos, podemos reducir la contaminación atmosférica y mantener a las personas y al planeta saludables y seguros.