Nueva York (Naciones Unidas).-
Actualmente, casi el 40 % de la humanidad, 3 mil millones de personas, no se puede permitir una dieta saludable.
El hambre va en aumento.
Como también van en aumento la subalimentación y la obesidad.
Las repercusiones económicas de la COVID-19 han empeorado aún más una situación que ya era mala.
La pandemia ha dejado a otros 140 millones de personas sin acceso a los alimentos que necesitan.
Al mismo tiempo, la forma en que producimos, consumimos y desperdiciamos los alimentos supone una pesada carga para nuestro planeta.
Pues ejerce una presión histórica sobre nuestros recursos naturales, nuestro clima y nuestro medio natural, y nos cuesta billones de dólares al año.
Como deja claro el tema de este año, la facultad de cambiar está en nuestras manos.
“Nuestras acciones son nuestro futuro”.
El mes pasado, el mundo se dio cita en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios.
Los países contrajeron ambiciosos compromisos para transformar los sistemas alimentarios.
Para que las dietas saludables sean más asequibles y accesibles.
Y para aumentar la eficiencia, la resiliencia y la sostenibilidad de los sistemas alimentarios en cada etapa, desde la producción y la elaboración hasta la comercialización, el transporte y la distribución.
Todo el mundo puede cambiar su forma de consumir alimentos y tomar decisiones más saludables, tanto para sí como para el planeta.
Hay esperanza en nuestros sistemas alimentarios.
En este Día Mundial de la Alimentación, súmense a nuestro compromiso de emprender acciones transformadoras para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptando sistemas alimentarios que contribuyan a una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor para todas las personas.